La calidad y la cantidad de alimentos que componen la dieta de una madre pueden ayudar a evitar complicaciones, como la preeclampsia o la diabetes gestacional.[1] Además, el crecimiento y el desarrollo del bebé depende directamente de la dieta de la madre. Llevar una dieta rica en frutas y verduras, proteínas, grasas sanas, vitaminas, minerales y otros fitonutrientes redunda en un bebé más sano. La investigación sugiere que una dieta sana también puede reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas a lo largo de la vida. Cuando la dieta no basta, se pueden usar suplementos prenatales para cubrir las lagunas de nutrición.
Más información acerca de nutrientes clave: Omega-3 DHA, colina, vitamina D y hierro
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REFERENCES:
1. Perkins, A. V. and J. J. Vanderlelie (2016 epub). “Multiple micronutrient supplementation and birth outcomes: The potential importance of selenium.” Placenta.Simmons, D. (2015). “Prevention of gestational diabetes mellitus: Where are we now?” Diabetes, Obesity and Metabolism 17(9): 824-834.