NIÑOS

6 formas de hacer que los pequeños se coman un arcoíris

Por: Lucy Jones, MRES BSC Hons RD MBDA

octubre 27, 2016

Muchos padres se enfrentan a la batalla constante de lograr que sus pequeños coman de forma equilibrada; en concreto, que coman suficiente fruta y verdura. Los remilgos a la hora de comer es una preocupación habitual de los padres; la mitad de los padres dirían que sus hijos son “muy selectivos“ en lo relativo a la comida [1].

Comer mal es en realidad una parte normal del crecimiento y, normalmente, no tiene por qué preocuparle. La mayoría de los niños siguen creciendo y madurando, siempre que su fase de rechazo de la comida no dure mucho generalmente no hace falta adoptar medidas.

Si se prolonga y los niños no comen una buena variedad de alimentos, podría haber implicaciones a más largo plazo. Una cosa que debe tenerse en cuenta es que una dieta pobre en la niñez a menudo predice dietas pobres en la edad adulta, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas  [2]. Al fin y al cabo, «una nutrición equilibrada al principio de la vida es esencial para tener salud en la edad adulta»[3]. En la actual epidemia mundial de obesidad, todos somos conscientes de la necesidad de fomentar comportamientos saludables en la siguiente generación. Diversos estudios han vinculado hábitos de comida selectivos con ingestas mayores de grasas saturadas; y con una menor variedad de fruta y verdura; los mismos comportamientos a menudo están relacionados con la obesidad[4]. Los malos comedores también parecen ingerir menores cantidades de ácido fólico, fibra, vitamina E y vitamina C, lo cual está relacionado con su menor ingesta de fruta y verdura. La investigación también está demostrando el impacto que una ingesta baja en determinados nutrientes puede tener en el aprendizaje y el desarrollo. Algunos estudios en Inglaterra han demostrado que los niños con los niveles en sangre más bajos de ácidos grasos omega-3 (DHA) tenían menor capacidad lectora[5]. ncluso entre aquellos que no son considerados muy selectivos, hay estadísticas del Estado sorprendentes acerca de la dieta de nuestros niños que indican que la mayoría come demasiado azúcar y no suficiente pescado azul, fruta, verdura o fibra [6]. Esto podría constituir un desastre para su salud a largo plazo. La buena noticia es que hay algunas cosas que los padres pueden hacer para ayudar.

Sea un modelo; un modelo positivo, claro

Las comidas en familia son muy importantes a la hora de inculcar hábitos sanos en los pequeños. De hecho, de ellas depende que un niño tenga un 35 % menos probabilidad de llevar una alimentación desordenada, un 24 % más probabilidad de que coma alimentos sanos y un 12 % menos riesgo de tener sobrepeso  [8].

Y no sólo eso: los padres, hermanos y amigos que actúan como modelos positivos pueden ayudar a superar la alimentación selectiva  [9]. Comer con buenos modelos en la escuela también puede influir positivamente en los hábitos saludables [10].

Si al principio no tiene éxito, siga probando

Rechazar alimentos nuevos es perfectamente normal. No los fuerce ni se enfade. Basta eliminar lo que no se come sin comentario alguno y seguir ofreciendo el mismo alimento junto con otros más aceptados en futuras comidas. Puede llevar de 15 a 25 exposiciones que les guste, y seguir ofreciéndoselo aumenta las posibilidades de que acaben comiéndolo.

Los estudios han demostrado que la mayoría de nosotros nos rendimos y dejamos de ofrecerles un alimento que han rechazado después de cinco intentos, que son muy pocos para cambiar un comportamiento [11,12,13].

Deje constancia de sus éxitos

Pídales su ayuda para diseñar una tabla de éxitos y colóquela en la puerta de la nevera. Puede usar esta tabla para hacer un seguimiento de los intentos de servir nuevas frutas o verduras, del consumo de cinco porciones diarias o para aumentar la variedad añadiendo pegatinas. Si las tablas de premios no son lo suyo, unas canicas en una jarra de cristal pueden servir para lo mismo. Asegúrese de que los esfuerzos reciben su premio regularmente, pero no se sienta tentado de premiar el comer bien con comidas preferidas (por ejemplo, pasteles o chocolate), esto no haría más que reforzar la idea de que estas comidas son mejores. Pruebe a usar una excursión o un juego al aire libre juntos como incentivo.

Mira lo que hago

Cada vez más pruebas respaldan la idea de que simplemente ver, tocar, aprender y manipular la comida puede aumentar su aceptación del mismo modo que la exposición repetida, por ejemplo con un tiesto para que cultiven su propia verdura o con fotos de comidas en libros [14,15].

Haga que sus niños participen en la preparación de la comida. Desde cultivar sus propios berros en un alféizar hasta cuidar de su propio huerto, llevarlos a una feria de comida o pedirles ayuda para lavar, pelar, mezclar y cocinar. Tocar, ver y manipular alimentos puede ayudar a sus hijos a familiarizarse con diferentes frutas y verduras, y por lo tanto hacerlas más apetecibles para ellos.

Hágalas interesantes

Use frutas y verduras de forma interesante. Pruebe a hacer helados de fruta, haga dulces con verduras, como tarta de zanahoria o brownie de remolacha, y deles formas artísticas en el plato. Añadir algo de diversión e interés a las comidas hace que comer sea menos aburrido.

Esconder o no esconder, he ahí la cuestión

Hay muchas formas de ocultar porciones extra de fruta y verdura en la comida de los niños, por ejemplo ofreciendo un zumo (con alguna verdura mezclada), en la sopa, salsas para la pasta y hasta en el puré de patatas (se puede sustituir una patata por zanahoria, calabaza o nabo triturados). No obstante, no se engañe pensando que esta es una solución a largo plazo. De momento puede proporcionarles más nutrientes, pero trabajar con los niños para aumentar su aceptación de frutas y verduras es el objetivo real. Ayudarles a comprender la importancia de una dieta equilibrada para sentirse y estar bien puede ayudarles a mejorar sus hábitos alimenticios de por vida.

Dicho esto, darse cuenta de cualquier carencia en la dieta y poner un parche permite hacer que se encuentren bien a corto plazo, mientras usted sigue haciendo la auténtica tarea en segundo plano. Hay muchas formas de aumentar la ingesta de nutrientes insuficientes. Si su pequeño no quiere comer pescado azul, plantéese darle comida y bebida enriquecida, como leche o huevos enriquecidos con DHA. Si les falta variedad en la dieta, pueden beneficiarse de un suplemento de vitaminas y minerales para compensar cualquier carencia. Combinar alimentos enriquecidos y las estrategias planteadas anteriormente puede ayudarles a estar bien tanto a corto como a largo plazo.

References

1.      Carruth BR et al (2004). Prevalence of ‘‘picky/fussy’’ eaters among infants and toddlers and their caregivers’ decision about offering new food. Journal of the American Dietetic Association, vol 104, pp. 57–64. (2)

2.      Craigie AM, Lake AA, Kelly SA, Adamson AJ, Mathers JC (2011). Tracking of obesity-related behaviours from childhood to adulthood. A systematic review. Maturitas, vol 70(3), pp. 266–284.

3.      Schwartz C, Scholtens PAMJ, Lalanne A, Weenen H, Nicklaus S (2011) Development of healthy eating habits early in life. Review of recent evidence and selected guidelines. Appetite. Vol 57. Pp. 796-807

4.      Falciglia GA, Cough SC, Siem Gribble L, Pabst SM, Frank R (2000) Food Neophobia in childhood affects dietary variety. Journal of the American Dietetic Association. Vol 100(12) pp. 1474-1478, 1481

5.      Galloway AT, Fiorito LM, Lee Y, Birch, LL (2005). Parental pressure, dietary patterns and weight status among girls who are picky/fussy eaters. Journal of the American Dietetic Association, vol 105, pp. 541–548.

6.      Montgomery P, Burton JR, Sewell RP, Spreckelsen TF, Richardson AJ (2013) Low Blood Long Chain Omega-3 Fatty Acids in UK Children Are Associated with Poor Cognitive Performance and Behaviour: A Cross-Sectional Analysis from the DOLAB Study. PLoS ONE 8(6): e66697. doi:10.1371/journal.pone.0066697

7.      Public Health England (2016) National Diet and Nutrition Survey Results from Years 5 and 6 (combined) of the Rolling Programme (2012/2013 – 2013/2014). Accessed from https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/551352/NDNS_Y5_6_UK_Main_Text.pdf Last Accessed 14/10/16

8.      Fiese, B. & Hammons, A. (2011). Is frequency of shared family meals related to the nutritional health of children and adolescents? Journal of the American Academy of Pediatrics, 127, 1565-1574.

9.      Mitchell GL, Farrow C, Haycraft E, Meyer C (2013) Parental influences on children’s eating behaviour and characteristics of successful parent-focussed interventions. Appetite. Vol 60. Pp 85-94

10.   Heim S, Stang J, Ireland M. (2009). A garden pilot project enhances fruit and vegetable consumption among children. Journal of the American Dietetic Association, vol 109, pp. 1220–1226.

11.   Carruth, BR, Ziegler PJ, Gordon A, & Barr SI (2004). Prevalence of ‘‘picky/fussy’’ eaters among infants and toddlers and their caregivers’ decision about offering new food. Journal of the American Dietetic Association, vol 104, pp. 57–64.

12.   Mitchell GL, Farrow C, Haycraft E, Meyer C (2013) Parental influences on children’s eating behaviour and characteristics of successful parent-focussed interventions. Appetite. Vol 60. Pp 85-94

13.   Maier A, Chabanet C, Schaal B, Issanchou S, Leathwood P (2007) Effects of repeated exposure on acceptance of initially disliked vegetables in 7-month old infants. Food Quality and Preference. Volume 18, Issue 8, Pages 1023–1032

14.   Heim S, Stang J, Ireland M. (2009). A garden pilot project enhances fruit and vegetable consumption among children. Journal of the American Dietetic Association, vol 109, pp. 1220–1226.

15.   Heath P, Houston-Price C, Kennedy OB (2011) Increasing food familiarity without the tears. A role for visual exposure? Appetite. Vol 57. Pp 832-838

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